Es un método que permite comunicar en tiempo real, a través del protocolo HTTP, dos aplicaciones o servicios web, de forma sencilla y sin necesidad de infraestructura extra, cuando se cumplan ciertos criterios.
Por ejemplo:
- Al entregar una propiedad con el módulo de Entrega se puede utilizar un webhook para añadir la información del producto a una hoja de Google Sheets.
- Al detectar una falla de un ítem categorizado como crítico en Calidad se puede utilizar un webhook para añadir esa falla a un dashboard gerencial.
¿Principales beneficios?
- Ahorro de recursos y tiempo: con una API, la aplicación usuaria hará muchas veces llamadas "para nada", que no devolverán información alguna. Las dos aplicaciones gastan recursos para hacer y responder a muchas llamadas que no tienen utilidad alguna.
- Eliminación de los retrasos: con un webhook la aplicación usuaria recibirá una llamada en el momento exacto en el que la necesita y no tendrá retrasos.
- Velocidad de las llamadas: generalmente la llamada que se hace a un webhook es muy rápida pues solo se envía una pequeña información sobre el evento y se suele procesar asíncronamente. Muchas veces ni siquiera se espera por el resultado: se hace una llamada del tipo "fire and forget" (o sea, dispara y olvídate), pues se trata de notificar el evento y listo.
¿API o Webhooks?
Dependiendo del caso de uso particular conviene usar una o la otra. Para integraciones más robustas y que requieren estructuras más definidas se recomienda usar API's. Por ejemplo, para crear aplicaciones que utilicen servicios de escritura y lectura, entre otros. Si se requiere datos en tiempo real, la mejor alternativa son los webhooks. De todas maneras una buena práctica es usa ambas tecnologías y que no sean excluyentes, eligiendo la mejora para cada caso de uso dentro de cada sistema.
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